Unas pocas palabras no bastan para expresar con acierto lo que nuestros alumnos han conseguido en este tiempo Garrapatea, aunque el mejor
resumen en estos menesteres, no es otro que, mostrar las cosas tal y como son.
Estos niños han aterrizado en la música de una manera muy peculiar, simplemente, se relacionan con ella de una forma auténtica, sincera y sin reservas. La música ya está en sus vidas y además, la pueden y quieren compartir con todos nosotros. Quizás, pudiera parecer normal que niños tan pequeños salgan a un escenario para interpretar, cantando y tocando, un montón de canciones que conocen de memoria; y salir, en una formación orquestal donde suenan 8 voces diferentes, sin que esto ocasione un irremediable caos.
Pero esta normalidad, ya acostumbrada, no es fruto del azar sino de un trabajo meticuloso y continuado que todos los que formamos La Garrapatea intentamos realizar con el mayor de los empeños, confianza y convicción.
Queremos que compartan con nosotros una singular circunstancia: cada una de las canciones que hoy van a interpretar, han sido pensadas y creadas en exclusiva para nuestros alumnos, pensando en la situación educativa de cada uno de ellos; y esta peculiaridad, nos da una profunda identidad que nos ilusiona y que queremos hacer extensible a todos ustedes.
Este concierto es una buena ocasión para felicitar también a los padres, que de una forma muy activa, ayudan con su implicación a consolidar día a día el crecimiento de nuestros alumnos: con un trabajo cotidiano en casa que se torna indispensable para el desarrollo musical de los niños.
Nosotros seguiremos trabajando, con cariño, constancia y esmero, para que esta realidad siga impulsando nuestro quehacer diario.
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